Amo Allá en la carrera de Trinitarios 2019
En representación del Club Amo Allá asistí la mañana del domingo 17 de febrero a la conocida como carrera popular de Trinitarios, organizada por el colegio del mismo nombre y que este año alcanzaba ya su treinta y seis edición.
Me decidí en el último momento a apuntarme a esta carrera, por cercanía al domicilio donde resido en Córdoba y por quitarme el pellizco de no poder correr este año la maratón de Sevilla, en la que nos representaban dos miembros insignes de nuestro club, Paco Córdón y Javier Recio.
Recogí mi dorsal en la fila de clubes, aunque en este caso solo estaba inscrito un servidor, ya que esta carrera no está dentro de las que forman parte de nuestro circuito.
Con un retraso de quince minutos empezaba la carrera, bajo un cielo azul y una temperatura que invitaba a correr. Quedaban por delante los 9.300 metros de un circuito totalmente urbano, constituido por dos vueltas. Desde la puerta del colegio, donde estaba el inicio y la meta, buscamos la ronda del Marrubial, quedando la remozada muralla a nuestra derecha y el aún no inaugurado tramo de carril-bici, por Agrupación Córdoba (barrio del Zumbacón), conocido por los cofrades porque desde aquí procesiona la hermandad de la Merced). En este tramo el trazado presentaba un ligero repecho, hasta el quiebro de la Avenida de Carlos III, el tramo más monótono de la carrera, sin duda. Aquí el descenso hacía más llevadera la carrera. Otro nuevo quiebro nos llevaba hasta Carrefour (“el Pryca viejo”) y nos dirigía hasta la Avenida de Libia y desde allí hasta la Avenida de Barcelona, más corta y animada. Y vuelta a empezar.
Es una carrera rápida, vertiginosa, que recomiendo a formar parte de nuestro circuito. Como premio una camiseta, un bocata de salchichón y el ofrecimiento al Señor de Córdoba, Jesús Rescatado, cuya capilla está situada a los pies de la misma meta.
Manuel Córdoba Ruiz.
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