VII MEDIA MARATÓN CIUDAD DE LUCENA 2020
Mañana del uno de marzo. Ya tenemos aquí la séptima media maratón de Lucena. Quedamos en el Avenida para repartir los dorsales y tras breves “buenos días” de calor en una mañana fresca, nos dirigimos a la ciudad de Aras.
Llevo tres años, con este, haciendo esta media, y hay en ella algo que engancha, a pesar de lo dura que es, el ambiente, la música presente en muchos puntos del recorrido, mis compañeros del club con los que da gusto compartir fatigas, entrar a los edificios más emblemáticos de la ciudad como el palacio de los condes de Santa Ana, el castillo del Moral y hoy también la biblioteca (en atención al fallecido concejal de cultura Manuel Lara). No sé…tiene algo que hace que vuelvas al año siguiente.
Cuando llegamos, aún faltaba una hora. Josefina y yo, que siempre andamos juntas antes de las carreras, nos dedicamos a ir al vestuario, guardarropa, aseo. Durante la carrera la pierdo de vista, por motivos obvios, pero al final siempre hay un reencuentro, intercambio de sensaciones y tiempos. Hoy se ha llevado su premio, primera de su categoría, ya le tocaba y yo me alegro por ella.
Foto de rigor del grupo y breve calentamiento antes de pasar el control de acceso a la línea de salida. Hoy minutos antes de salir se ha vivido un emotivo silencio en memoria de Manuel Lara Cantizani, anterior concejal de deportes, impulsor de este evento. Silencio sobrecogedor con el que todos los atletas presentes hemos querido mostrar nuestro respeto hacia esta gran persona que se ha ido tan pronto.
Llegó el momento, pistoletazo de salida, por delante algo más de 21 km. Fátima debajo del arco, arranca con los primeros, preludio de lo que sería su triunfo, acabó la prueba volando, con un tiempo de 1h 21’, primera de la general femenina y orgullo para el club.
Pronto nos fuimos agrupando unos pocos, nuestro ritmo similar nos permitía correr juntos y así fuimos casi hasta el final. A veces hablando, preguntando cómo íbamos, riéndonos con nuestro reportero Marcelo. En una carrera tan larga, esas cosas permiten olvidar un poco el cansancio que las piernas empiezan a acusar, olvidar el dolorcillo del flato que a veces aparece, en definitiva, no estar tan pendiente del reclamo que tu cuerpo te hace por el esfuerzo.
Uno de los tramos más bonitos de la media es correr por la vía verde, allí, siempre pendientes de no tropezar con las balizas de hierro que impiden el paso de vehículos, disfrutamos compartiendo el trayecto que antaño hacía el tren del aceite que iba desde la estación de Campo Real en Puente Genil hasta la estación de Espeluy en Jaén. Es en la vía verde donde nuestro grupo conoce a Fina de Torredonjimeno (Jaén). Luego sería la primera clasificada discapacitada y me agradeció personalmente los ánimos recibidos por el grupo del Amo Allá en los kilómetros que compartimos con ella.
La vía verde nos lleva hasta el Carrefour y desde allí es todo subir. Ya no hablamos tanto, el ritmo baja, pero no las ganas.
En el kilómetro 15, atravesamos la plaza de toros, un D.J. amenizaba con música rock el paso de los corredores, no era muy apropiado para el coso, pero siempre se agradece la inyección del ritmo. Después rodeamos el auditorio, donde el sonido de los tambores de una batucada nos seguía impulsando hacia adelante.
Los últimos kilómetros, Alejandro y yo los hicimos en compañía de J.A.Martin, la gente animaba y gritaba “esto está hecho” y así enfilamos la pista de la ciudad deportiva, apretando, deseando llegar a la meta. Mi tiempo 1h 53’.
No quiero acabar sin antes hacer mención al premio que nuestro club ha recibido por ser el tercero con mayor participación, reconocimiento que nos anima a seguir volviendo a esta media maratón, por su interés cultural, turístico y deportivo.
Enhorabuena al club.
ANA GARCÍA.
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