Media maratón Calar Alto 2021 o la vuelta a la competición
Por fin, 16 meses después, volvemos a la competición y a las crónicas. Quiero pasar página a todo lo que el virus nos ha robado. No voy a darle la oportunidad de ser el protagonista.
Dudas, nervios y muchos kilómetros de entrenos se amalgamaban en la mochila. Esta carrera no es más que un paso previo para los retos que quiero afrontar próximamente.
Sin embargo, si he de ser sincero, no ha ido bien. Podría poner todo tipo de excusas. Calor, mal de altura, dureza de la prueba, los kilos de más que me he ganado a pulso pero no voy a llenar de datos negativos este reinicio.
En una carrera en la que desde el km. 3 te das cuenta de que nada irá bien, que las piernas no responden, en la que te ves caminando impotente incluso en las bajadas y tu corazón te amenaza con salirse de su sitio en cada subida, lo único que se puede hacer es resistir, buscar la forma de engañar a la mente para no tirar la toalla a cada paso, mientras ves pasar a muchos corredores/as y no te ves capaz de seguir a ninguno de ellos/as. Solo puedes tirar de una fortaleza mental que no sabes si se ha perdido con otras tantas virtudes de atleta retirado por ausencia de competiciones.
Miras el reloj desesperadamente, no el tiempo, que a estas alturas ya ha dejado de importar sino buscando que pasen los metros, porque sería aventurado hablar de kilómetros. Avanzas despacio esperando los tres últimos kilómetros, esos en los que un cortafuegos infinito amenaza con devorarte.
Lo que ha pasado en esos tres kilómetros os lo ahorro. Solo puedo decir que no me he retirado porque no tenía más remedio que seguir hacia arriba. Usaría términos modernos como resiliencia, otros más llamativos como amor propio, pero la verdad es que esos 40 minutos han sido una de las más duras pruebas que he vivido atléticamente nunca.
Al final, arriba, casi arrastrándome a meta. Feliz de haber terminado la prueba, feliz de compartir salida y un rato de charla con Carlos Cortés, alguien que siempre ha sido un referente para muchos de nosotros/as y por supuesto, feliz del dolor de piernas que siento a estas horas de la tarde.
En definitiva, se abre el telón.
Cristóbal Jiménez
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