Almería tiene seguro de sol, by Cristóbal Jiménez


Cristóbal Jiménez López



Aunque hayan cambiado la hora, el club los paisanos hemos conseguido estar en marcha antes del amanecer del domingo. Así que con fresco, con los compañeros bastante tocados por la gripe, pero con la mejor sonrisa que el horario nos permitía poner, nos ponemos en camino hacia Mojácar. Para colmo de males, el cielo que nos acompaña amenaza con darnos una ducha rápida sin mucha tardanza.
El aspecto amenazador de las nubes se convirtió finalmente en lluvia, a ratos fina, por momentos digna de cantar lo que sepas bajo ella. Así, con menos ganas que otras veces, pero con la ilusión de demostrarme a mí mismo que los entrenos dan fruto, nos hemos cambiado protegidos del líquido elemento uno por un chubasquero, por la sudadera o los más valientes mostrando las primeras tirantas. En esas circunstancias, el calentamiento se hacía tan imprescindible como pesado, y la primera visita al circuito nos muestra que ha acumulado agua por los carriles, como para convertir la carrera en un, "sálvese quien pueda".
Por si nos faltaba algo, la organización ha pagado la novatada (o nos la ha hecho pagar a los participantes), y nos ha tenido veinte minutos esperando a la salida bajo el intermitente y pertinaz aguacero. Después, algo frío pero con la mente clara sobre lo que debía intentar, tras evitar los dos primeros charcos, he decidido que lo mejor era darme un baño cuanto antes, y abandonar la maravillosa idea de no mojarme los pies. Así que, me he zambullido en el más grande del circuito, he empapado al pequeño grupo que formábamos, (no me extraña que no me hayan esperado después), y me he dispuesto a seguir corriendo. A los 6 minutos sin ver ninguna pancarta ni señal de km. he comprendido que por lento que fuese, ya había pasado por el primero, y también he abandonado la idea de controlarme los pasos.
Durante los 5 primeros km. me he sentido fuerte, poderoso, sentía que las piernas respondían y que la respiración era bastante buena. Después, ha llegado un ligero bajón que me ha hecho retrasarme un poco. Varios compañeros de la primera vuelta, se me han alejado ligeramente y la referencia del gran Antonio Rodríguez ha pasado de ser una imagen al fondo de la carretera a una silueta casi invisible entre la lluvia. Sin embargo, poco a poco he conseguido sentirme mejor,  recuperarme y volver al ritmo inicial e incluso llegar con cierta sensación de frescura a la recta final. Al final el tiempo, muy bueno para la altura de temporada en la que estamos, muy discreto para los que marcáis algunos de los que os movéis por aquí, 41`17" en los 10.5/6/7/8 que han marcado los relojes casi galácticos que portaban algunos compañeros.
He esperado pacientemente la llegada de los paisanos a los que he visto juntos varias veces en los cruces que los recodos de la carrera. Juan Carlos, demasiado afectado por las inclemencias del tiempo y la gripe se ha dejado ir, y a buscado su ritmo junto a la paisana, que como siempre ha hecho una maravillosa carrera.
Sin duda, el mejor momento de toda la mañana ha llegado con la entrega de trofeos, ya más calentitos dentro de la cafetería, el café, las fotos, la charla con los/as compañeros/as, y las valoraciones.
Hasta aquí ha llegado la crónica de la carrera de Mojácar. La próxima carrera será la media de Córdoba, allí veré muchas caras conocidas, y me volveré a probar de nuevo, en la interminable lucha que supone este deporte, en el que nunca se está del todo satisfecho con lo que haces, siempre piensas que puedes mejorar y a cada paso, abrazas la idea de que será en la próxima. En definitiva,  cada día tienes la oportunidad de demostrarte que quizá nunca ganarás una carrera, pero en cada una de ellas le ganas la partida al paso del tiempo.
Un saludo a todos/as

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