Crónica sui generis Ultramaratón Costa de Almería:

El que suscribe, nuestro compañero Cristóbal

Contar en unas pocas palabras todos los sentimientos que se experimentan en 4 horas 32 minutos de carrera es una misión imposible. Podría como no, y no me faltaría razón abrir el amplio catálogo de contratiempos que me visitaron (mi antigua contractura molestando desde el km.2, el pie dormido desde el 13, los dolores de todo tipo por forzar una pisada distinta desde el 20, incontinencia en el 25 y cómo no, llegar al 30 sabiendo que no eres capaz de dar un paso más). Pero no, me gustaría que esta crónica de una carrera que discurre por parajes espectaculares fuese algo muy distinto.

¿Qué lleva a un popular a meterse en tamaño reto? ¿Qué hace alguien que no está ni física ni mentalmente preparado afrontando una carrera de 45 km? ¿Por qué nos gusta buscar los límites? ¿Qué sentimos, qué queremos, qué buscamos?

La respuesta a todas estas preguntas es muy simple. Correr, para los que practicamos este deporte, ha dejado de ser solo eso, y se ha convertido en algo más, prácticamente es nuestra forma de vida. Robamos minutos a nuestros quehaceres diarios, a nuestra propia vida para poder ponernos las zapatillas y ser felices a nuestra manera durante un momento cada día.

Y que el sufrimiento fue extremo, por supuesto, pero no mayor que el que de la persona que se pone las zapatillas por primera vez, el que hace sus primeros cinco kilómetros o su primera media, el que se topa con el muro en un maratón o el que prueba sus primeras series a un ritmo superior al que ha llevado nunca.

Podría contar retazos de lo pensé en carrera, las veces que se me hacía agradable retirarme, los múltiples intentos de seguir trotando cuando incluso me costaba ir andando, pero no, esta crónica quiero que sea un aplauso para cualquiera de nosotros/as que cada día hace el esfuerzo de ponerse las zapatillas, de buscar sus límites como yo lo hice ayer y de encontrar la recompensa de llegar cada uno a su meta, con o sin público, con o sin aplausos o aún mejor con la felicidad interior de ser capaz de lograrlo un día más.

by Cristóbal Jiménez