MEDIA MARATÓN EN PISTA CEUTÍ (VII Memorial JUANMA MARTÍNEZ)
13 de octubre de 2012. Llevado por la locura que a veces nos mueve a los atletas populares, participo en las “6 horas de ultrafondo de Molina de Segura”.
¿Por qué cuento esto? Es precisamente ese día en esa carrera cuando conocí a Juanma. Coincidimos un par de horas en carrera, charlando animosamente sobre lo divino o humano atléticamente hablando, y compartimos al final de la carrera un bocata sentados en un bordillo de la calle. Era Juanma, una de esas personas tan sencilla y humilde que te cautivaba solo con la charla. Y nunca más lo volví a ver en carne y hueso.
Nos buscamos en Facebook, ni sé ni me importa quién a quién, y nos hicimos amigos en la red social. Por ese medio, sí tuvimos alguna charla sobre temas como su hijo, ritmos y objetivos y por supuesto, con carreras soñadas y marcas por batir.
“No corras tanto, que al final acabarás como uno que se han encontrado muerto en Murcia hoy”. Así me dieron la noticia. Alguien había fallecido mientras entrenaba por un camino de su pueblo. Iba solo, entrenando, disfrutando, tratando de ganarle un segundo al reloj, pintando de entrenos los huecos que el trabajo y su familia le permitían tener. Otro compañero, Pedro Cabrera, me preguntó si había escuchado que era Juanma. Y….Era.
Desde ese mismo día decidí que, querría despedirme de él de la misma manera que lo conocí, corriendo y sonriendo mientras lo hacía. Dejé pasar muchas oportunidades, encerrado como estaba en mi mundo pero nunca olvidé que se y me lo debía a mí mismo, porque no nos engañemos, estas cosas se hacen para nosotros mismos y no para los demás.
Este año, apoyado como siempre por mi pareja, a la que debo agradecerle para siempre que me haya ayudado a volver a disfrutar de este deporte, lo he hecho.
La prueba, casi sin comentarios. A 38 grados de temperatura, con un sol de justicia y dar vueltas por una pista de atletismo, no os lo recomiendo. No voy a hablar de sufrimiento, de dureza mental o nada que tenga que ver con los entrenos, porque ninguna de las historias que contamos normalmente estaba en mi cabeza. Si puedo decir que durante un buen tiempo, recordé a Juanma, casi lo podía sentir corriendo a mi lado, y por qué no decirlo, le dedique algunas palabras en muchos momentos.
En resumen, amigo Juanma, ya sabes donde quiera que estés, que nunca me olvidé de aquella promesa que nos hicimos de hacer una media juntos, y que, hay personas, que te dejan una huella imborrable en lo más profundo del alma.
Por cierto, sigues siendo mi amigo en Facebook, a manera de recordatorio de que hay que disfrutar de la vida y de las personas que nos rodean cada momento, porque la siguiente carrera puede estar demasiado lejos.
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