AMO ALLÁ EN TRINITARIOS

El pasado 16 de febrero, un nutrido grupo de atletas del club Amo Allá nos desplazamos hasta Córdoba, hasta la castiza y cofrade plaza del Alpargate, donde radica el colegio Santísima Trinidad, para participar de la vigésimo séptima edición de la carrera popular “Trinitarios”, una convocatoria clásica que abre el calendario atlético cordobés en la capital.

A la cita acudimos el incombustible Antonio Cabello, Agustín –nuestro presidente-, el descalcista Jero –que lucía con orgullo el brazalete de “Pies negros”-, el veloz Pepe Arjona, José Antonio Martín, Gonzalo y “Caca”, (todos fieles al calendario de carreras populares cordobesas) e Ibán. La nómina de féminas iba en esta ocasión representada por nuestra laureada Josefina, que no tuvo la suerte de otras ocasiones para alcanzar el podium.

La mañana amaneció algo fría, despejada, aunque con las primeras carreras por el patio trinitario entramos en calor rápidamente. A las nueve en punto, me esperaba el grupo para hacerse con los dorsales, que personalmente había recogido el día de antes. Noté caras contentas, apretones de manos, ganas de correr. Lucíamos quizás por última vez el chándal rojo que tantas mañanas de competición nos ha acompañado. Se respiraban los nervios minutos antes de cambiarnos de ropa, luego vino la foto de rigor del grupo para colgar en las redes sociales y todo el ritual que ponemos en práctica en estas ocasiones. 

Un rápido calentamiento, poner a punto el Garmin que estaba lento… Todo hasta oír el silbato a las nueve y media. El comienzo de la rápida carrera nos llevaría a dar dos vueltas por el mismo callejero, por la zona extramuros de la ciudad, circundando la vieja muralla del Marrubial. El trazado llano, de unos diez kilómetros mal contados, que favoreció finalmente nuestras marcas oficiales, solo presentaba un leve repecho al principio, hasta llegar a la avenida Agrupación Córdoba. Interminables nos resultaron las rectas de Carlos III y de Avenida de Libia, hasta llegar al recodo que nos llevaría a la Avenida de Barcelona, donde el equipo azulgrana celebra las victorias en Córdoba. El cansancio era menos con las voces de “Ánimo” en boca de mi amigo pianista Andrés Cosano, oriundo de Aguilar, o con la petición de choque de manos de unos chiquillos, al que correspondí en tan hermoso gesto.

El triunfo esperado del califa Francisco Vallejo, con algo más de 28 segundos y de la trotasierra Raquel Hernández, con algo más de 35 segundos, estuvo representado en nuestro club con las marcas de Pepe Arjona, seguido de Agustín, que alcanzaron los dos primeros puestos del club.

El bocata de chorizo, la camiseta azul y la cantimplora fueron la recompensa al madrugón dominguero, junto a la alegría de decir, como dice Paco Toscano, “una más a la saca”. En mi mente, solo un último deseo al terminar, que el Señor Rescatao nos de salud para correr a los pies de su iglesia muchos años la carrera de Trinitarios. “Amo Allá”.

 Manuel Córdoba Ruiz.